Escritos
Descubrir siempre es un refugio. Gracias por leerme félidos.

Anoche, las imágenes de District 9 se escapaban del televisor como una cascada de píxeles, pero mi mente estaba en otro lado. Los extraterrestres hacinados en ese gueto improvisado, víctimas de la discriminación y el abuso, no lograban captar mi atención del todo.

Recordaba tu risa, tus ojos brillantes, y me preguntaba si alguna vez me habías mirado con la misma compasión con la que yo observaba a esos seres desplazados.

Una punzada de tristeza me recorrió el cuerpo al darme cuenta de que, en el fondo, yo también me sentía como un extraño en mi propio planeta, un "saco de huesos" incomprendido en un mundo que no me valoraba.

Hoy, me refugio en el trabajo, en los diseños de las nuevas motos eléctricas de mi cliente. Las líneas aerodinámicas, la potencia silenciosa de los motores, la promesa de un futuro más limpio y sostenible... todo eso me ayuda a evadirme, a concentrarme en algo que tiene sentido.

Pero al final del día, cuando la oficina se vacía y las luces se apagan, vuelvo a sentir el peso de tu ausencia.

El silencio me envuelve como una sábana fría, y busco refugio en la pantalla del móvil, navegando sin rumbo entre rostros anónimos y promesas vacías. Presiento que habrán más noches así.

Cierro los ojos, agotado, derrotado... y me duermo con el eco de tu nombre en los labios.