Escritos
Descubrir siempre es un refugio. Gracias por leerme félidos.

Hoy desperté con la melodía de Silvio Rodríguez enredada en mis pensamientos, "El Necio" resonaba en mi, con esa historia de un corazón terco que se aferra a una ilusión. ¿Soy yo el necio que se niega a aceptar la realidad, que aún te busca en los resquicios de la memoria? 

Un mal sabor de boca, amargo como la hiel, me acompañó desde el amanecer. El médico confirmó mis sospechas: el estrés de estos días se manifestaba en mi boca, una somatización de la angustia, una señal de que el cuerpo también sufre las heridas del desencuentro. 

Dos veces fui al supermercado, llenando el carrito con cosas innecesarias, buscando en el consumo un bálsamo para este vacío. Un acto reflejo, quizás, una forma de llenar el vacío que dejaste con objetos, con la ilusión efímera de la satisfacción inmediata.

Luego, la junta con el nuevo cliente, un proyecto de envío de regalos, irónico, ¿no? Regalos para otros, mientras yo me siento desprovisto de todo. Una paradoja que me hace cuestionar el valor de las cosas, la importancia de lo material frente a la fragilidad de los sentimientos.

Al final del día, el dolor de cabeza regresa, un martilleo incesante que me recuerda tu ausencia. El cuerpo reclama su espacio, me recuerda que no somos esa máquina perfecta que algunos dicen, que las emociones también pueden ser un bug del sistema imperfecto.

Y mientras el agua de la ducha recorre mi cuerpo, pienso en ti, en tu ex esposo, en esa "bolsa de basura" que ahora representa a todos los hombres en tu mundo. ¿Será que yo también terminaré siendo un desecho en tu memoria? Un pensamiento que me llena de tristeza, pero también de una extraña rebeldía. No quiero ser un desecho, no quiero ser definido por tu rencor. Me aferro a la idea de la resiliencia, a la capacidad de superar la adversidad, de renacer de las cenizas.

 

Volví a perder otro amanecer.

Y también la oportunidad de verte y notar, lo sobrenatural.

Recordé que no seré de esta tierra por siempre un residente.

Y a donde voy tú no estarás.